Historias

ABRE LOS OJOS…

Ahí está, sentado a un par de metros de mi escritorio, concentrado. Mira fijamente la pantalla, como si no hubiese nadie a su alrededor, sólo él y su mundo. Si yo hubiese sido mi jefa, también le habría dado el trabajo. Es talentoso… aunque arrogante… pero encantador, absolutamente encantador. Y guapo. Si sólo mirara más allá de la pantalla, quizás podría descubrirme espiándolo. Impensable.

Mejor me concentro en el beso. Cierro los ojos y pienso que se acerca a mí, a paso firme, mirándome, deseándome. Soy la única mujer en su vida, la única a la que quiere besar con  intensidad, la única a la que ha deseado de esta manera, la única que lo hace sentir así, nervioso, ansioso, excitado, feliz, sin palabras para explicar el acertijo de sensaciones que le provoca el verme.

Yo, de pie junto a mi escritorio, lo espero venir. Estoy segura de que este beso será mucho mejor que el anterior, mucho más intenso, más lleno de pasión, ya no estaré con el estómago apretado como la primera vez, sino que esta vez disfrutaré, como no lo hice antes, será un verdadero agasajo.

Me toma firme, pero con dulzura. Nos miramos a los ojos un par de segundos mientras acerca sus labios a los míos. Murmura. Antes que mi cabeza procese alguna información, su lengua está jugando con la mía. Me derrito. Sus labios, suaves, tibios, acarician los míos, me pierdo en medio del juego. Mis manos acarician su cuello, puedo sentir como se acelera su pulso. Con su brazo me acerca más a él y su mano acaricia mi espalda. Pequeños escalofríos recorren mi cuerpo, es difícil controlarse ante tal estímulo. Pone sus manos sobre mis brazos, toma aire y vuelve a besarme, pero esta vez con más fuerza. Mis manos buscan la manera de recorrer su espalda y se escabullen debajo de la tela de su camisa. Él acaricia mis piernas y besa mi mentón. Todo va de maravillas, aunque me percato de un pequeño detalle. Estoy soñando.

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EN CONCLUSIÓN

Fue una frase mala y 25 mil buenas. Cuanto los quiero, no se imaginan. Si no fuera por ustedes, la vida sería bastante deforme. Son mi mejor virtud. Sin duda he elegido a los mejores y me siento orgullosa de eso. Son pocos pero buenos – parafraseando a Pimpinela y de paso, develando mi edad jajajaja-. 

Y no Conejín, no lo había mirado de esa manera y quizás tienes algo de razón, pero OMG, ¡qué rara es la gente! ¡O sea! Si lo que dices es cierto, me sentí de vuelta en el kinder. ¡Exijo mi colación! 

El trasfondo de esas palabras quizás nunca las sabré… a lo mejor algún día entenderé a que se debía ese ataque de «amistad», por hoy, lo único que tengo claro es que I’m just fine, smiling and enjoying every moment of my life, el que quiera vivirla conmigo, que se una a mi fiesta, el que no, see ya next time.

PS: Dear M, thanks 4 every little thing u do 4 me, u r the best 

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ARGHHHHHH!!!!!!

TENGO TANTA RABIA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Que pena esto… en verdad… 

Me tengo que comer la rabia, la pena, las ganas de llorar y de gritar…

Te odio por eso… por no medir lo que dices… 

Nunca te vas a dar cuenta que cada maldita palabra que dices me hace daño… 

No te importa… y no me tiene que importar… 

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