Aunque lo intentas con todas tus fuerzas, igual duele que te ignoren. Y eso que evitas que ese pensamiento te inunde la cabeza, pero en ese punto en que te quedas sólo tú y tus miles de pensamientos nocturnos, no puedes ocultar ese dolorcito de pena… aunque algunos puedan interpretarlo como orgullo herido.
Es que en realidad es absurdo que te duela… pero en el momento en que piensas eso, comienza en la radio a sonar esa canción que te lo recuerda y te hace llorar. Te cuesta sacarlo de la cabeza, luchas a diario con el tema y por momentos crees que lo has logrado y que estás avanzando… hasta que ves que te dejó un mensajito, un regalito, un par de palabras dulces y vuelves atrás. ¿Aprenderás algún día a ser más fuerte y no recaer?
Sientes la necesidad de no seguir encerrada en el mismo sitio, de no seguir respirando el mismo aire que te tiene perdida en el espacio, pero las canciones siguen atormentándote, el día sigue recordándote y te sigue doliendo que digan en silencio y las palabras sean secretas. ¿Acaso no te das cuenta que es un juego? No logro entender porque sigues inmersa en una novela tonta, que no tiene ninguna trama más que la eterna repetición de una conducta que no hace nada más que hacerte la vida difícil. ¿Has mirado por la ventana?
No, todo sigue igual, aunque intentes creer que las cosas son distintas. Incluso igual que antes que la historia se reescribiera y que el invierno transcurriera. Otra vez llegó la lluvia, tu sonrisa es menor pero sabes que volverás a sonreír ¿igual que antes? Quizás o hasta puedes llegar a reír un poco más.