Historias

TODO ESTÁ RESUELTO

He vuelto a tu vida pero esta vez sólo a decir adiós. Mi cabeza me traiciona, mi corazón vuelve a reaccionar, la sonrisa es espontánea e infinita con tus abrazos y el silencio se convierte en mi despedida.

No me dejas ir. Me tienes contigo pero sin ti. Me rebelo contra lo que siento pero siempre vuelvo. Imposible olvidar la verdad de tus besos, la complicidad de tu mirada, la necesidad de esos abrazos en secreto que poco a poco se convirtieron en evidencia de mis mejores recuerdos.

Y sé que es cosa de minutos para que la historia se escriba y que el mundo recupere el sentido, porque nada de lo que me pasó contigo estaba premeditado, simplemente sorprendimos al destino, nos dejamos llevar y quisimos crear algo sin principio ni final.

Con la simpleza de estas frases que no relatan todo lo que siento, intento no llorar para decir que sin ti estos últimos años habrían sido un desperdicio, que las noches habrían sido sólo parte del proceso y los amaneceres no hubiesen ocurrido, que mis manos no hubiesen aprendido a acariciar, ni mis piernas a temblar; que la ansiedad no habría sido emocionante, ni los silencios hubiesen estado tan llenos de verdad.

Esta es mi última manera de despertar la lógica, de pedir sabiduría y dejar todo atrás para olvidarme de ti. Esta es la única manera en la que puedo decirte adiós sin arrepentirme de haberte dejado ir. 

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